
V.O 352 BSO
Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Música, la revista de cine Versión Original publica el número 352 dedicado a las composiciones musicales de las películas, que hemos titulado BSO. Cada 22 de noviembre se conmemora en el mundo entero la universalidad de la música y su poder para unir a las personas más allá de las fronteras y de las diferencias culturales. Este día especial, proclamado por la UNESCO en 1982, busca destacar la importancia de la música como forma de expresión artística, así como su papel fundamental en la promoción del entendimiento y de la tolerancia entre las diversas comunidades alrededor del planeta. Desde conciertos al aire libre hasta eventos virtuales, las ciudades de todo el mundo se llenan de melodías que abarcan géneros y estilos que van desde la música clásica hasta la más contemporánea. Artistas emergentes y consagrados comparten sus talentos con el público, creando experiencias sonoras que trascienden barreras y conectan a personas de todas las edades y orígenes. Además de la celebración festiva, el Día Internacional de la Música también enfatiza la importancia de la educación musical: se promueve el acceso igualitario a la música en las escuelas y comunidades, reconociendo su impacto positivo en el desarrollo cognitivo y emocional de las personas, especialmente en los jóvenes. La educación musical no solo nutre el alma, sino que también fomenta la creatividad y la expresión individual.
Este estudio contiene textos sobre películas que los colaboradores desean destacar por la música que acompaña a la obra cinematográfica. Debemos aclarar que la música cinematográfica o incidental (comúnmente llamada score en inglés) comprende una serie de piezas orquestales, instrumentales o corales, llamadas señales, que están programadas para comenzar y finalizar en puntos específicos durante la película con el fin de mejorar la narración dramática y el impacto emocional de la escena en cuestión. Es generalmente una obra integral, larga, de carácter cíclico y con un tema central recurrente, todo lo cual se encadena a las escenas de principio a fin y, a la vez, establece un vínculo narrativo continuo con el discurso cinematográfico. Las partituras están escritas por uno o más compositores, bajo la guía o colaboración del director o productor de la película, y generalmente son interpretadas por un conjunto de músicos, la mayoría de las cuales incluyen una orquesta o banda, solistas instrumentales y coro o vocalistas. Este conjunto de piezas se diferencia de la banda sonora de una película, ya que esta última comprende toda la música que aparece en ella, incluyendo la música incidental y la música preexistente (en inglés, soundtrack), la cual suele incorporar canciones de cualquier artista elegidas especialmente por el director y que son utilizadas en el filme, a menudo tomando solo alguno de sus fragmentos.
Bajo el título BSO hemos incluido títulos cuyas composiciones musicales han engrandecido las obras cinematográficas gracias a la labor de sus grandes compositores: Ennio Morricone en La muerte tenía un precio (Sergio Leone, 1965) y en el documental Ennio, el maestro (Giuseppe Tornatore, 2021), John Williams en Indiana Jones y el dial del destino (James Mangold, 2023) y en el documental La música de John Williams (Laurent Bouzereau, 2024), Johann Sebastian Bach en Crónica de Anna Magdalena Bach (Danièle Huillet y Jean-Marie Straub, 1968), Henry Mancini en ¿Víctor o Victoria? (Blake Edwards, 1982), Antón García Abril en Sor Citroën (Pedro Lazaga, 1967), Trevor Jones y Randy Edelman en El último mohicano (Michael Mann, 1992), Wojciech Kilar en El rey y el ruiseñor (Paul Grimault, 1979), Joe Hisashi en El chico y la garza (Hayao Miyazaki, 2023), Thomas Newman en Esencia de mujer (Martin Brest, 1992), Jan A.P. Kaczmarek en Descubriendo Nunca Jamás (Marc Forster, 2004), Hans Zimmer en F1: La película (Joseph Kosinski; 2025), John Carpenter en La noche de Halloween (John Carpenter, 1978) y Miles Davis en Ascensor para el cadalso (Louis Malle, 1958). También se incluyen películas en las que una selección de magníficas canciones les han dado personalidad: Banda sonora para un golpe de estado (Johan Grimonprez, 2024), Yo vigilo el camino (John Frankenheimer, 1970), Música, maestro (Contiene diez cortometrajes, 1946), Friday Night Lights (Peter Berg; 2004), Todas las mañanas del mundo (Alain Corneau, 1991), Purple Rain (Albert Magnoli, 1984), Las vírgenes suicidas (Sofia Coppola; 1999) y las películas enmarcadas en el Cine quinqui (Perros callejeros, Navajeros, Perros Callejeros II: Busca y captura, Deprisa, deprisa y Chocolate). Por último, algunos musicales, que suelen integrar canciones y melodías originales junto a secuencias coreografiadas: La ciudad de las estrellas (La, La, Land) (Damien Chazelle, 2016), Better Man (Michael Gracey, 2024), Emilia Pérez (Jacques Audiard, 2024) y Las señoritas de Rochefort (Jacques Demy, 1967). Es nuestro deseo que a través de la lectura de este número tan especial de Versión Original se pueda apreciar la importancia de la música en la historia del cine y en la vida de todos nosotros.