KENIA: ERRADICACIÓN MUTILACIÓN FEMENINA
Según la OMS, se calcula que anualmente 3 millones de niñas sufren la mutilación genital femenina (MGF) y más de 200 millones de mujeres y niñas han sido objeto de esta práctica tradicional prejudicial en los países de África, Oriente Medio y Asia donde aún se practica. La MGF es una violación de los derechos humanos de las niñas y las mujeres, es una práctica muy dolorosa que interfiere con la función natural del organismo femenino y tiene varias consecuencias inmediatas y a largo plazo para la salud, entre las que se encuentran complicaciones en el parto (para la madre y para el bebé), infecciones variadas, complicaciones menstruales, dolores intensos, intervenciones quirúrgicas, trastornos psicológicos, entre otros. En muchos países, la ablación aún es un requisito previo al matrimonio (en su mayoría forzoso) y marca, en estas culturas, la iniciación de las niñas a la edad adulta, además de precipitar el abandono escolar.
En agosto de 2016, el Parlamento Panafricano (órgano legislativo de la Unión Africana), aprobó la prohibición de la práctica de la MGF en los 50 estados miembros. Tras la aprobación, los 250 diputados de este parlamento tienen la responsabilidad de trasladar dicha decisión a sus respectivos países y de hacerla efectiva.
En Kenia, según datos oficiales del UNFPA, el Fondo de Población de las Naciones Unidas, se estima que la prevalencia de la MGF es del 21% en el caso de las mujeres y niñas de entre 15 y 49 años, y del 11% en niñas de entre 11 y 15 años. Desde el año 2011, la MGF es ilegal en Kenia, bajo pena de cárcel o multa; sin embargo, se continúa realizando de manera clandestina. Por ejemplo, en algunas regiones, durante la semana de MGF, las autoridades se ausentan físicamente del territorio.
Ayuda en Acción ha trabajado en Kenia desde 1985 a través de su socio Action Aid. En 2017 se han beneficiado un total de 53.652 personas para una inversión total de 634.893€, de los cuales del 16% se destinó a los derechos de las mujeres y el 24% a la educación. Con el objetivo de erradicar la mutilación genital femenina y ofrecer mejores oportunidades a miles de niñas, niños y también a sus familias, Ayuda en Acción viene colaborando con la Fundación Kirira desde el año 2013, una organización que nace gracias a la iniciativa de dos socios y padrinos de Ayuda en Acción, sensibilizados por la grave vulneración de los derechos de las niñas que son sometidas a la MGF en este país africano. Su trabajo está localizado en 3 regiones de Kenia: Tharaka, Tangulbei y Abakuria.
La ablación del clítoris tiene como objetivo la sumisión absoluta de la mujer al hombre, es una forma extrema de violencia de género que está directamente conectada con el matrimonio forzoso y el abandono escolar. Se practica cuando se considera que la niña ya está preparada para el matrimonio y abandona la escuela para casarse, normalmente con un hombre mayor, por lo que la familia de la niña recibe una compensación económica o dote. Para convencer a las niñas de que se sometan a ésta práctica, se les cuenta que de no hacerlo no se las considerará miembros de pleno derecho de la comunidad ni podrán casarse.
Tal es el caso de Joyce, que aceptó someterse a la mutilación creyendo que si no sería rechazada por los miembros de su comunidad: “han pasado dos años y lo único que ha cambiado es que sigo sufriendo terribles hemorragias y dolores que probablemente me acompañarán toda la vida. He aprendido que nadie puede decidir por mí, que nadie en ninguna comunidad puede querer que una niña sufra lo que yo he sufrido. La mutilación no es buena, aunque a mí me ha hecho más fuerte. Todas las niñas y todas las mujeres tienen que decidir por sí mismas. No a la mutilación.” Muchas niñas, conscientes de la realidad que les espera, huyen de sus hogares para evitar ser mutiladas y sometidas a un matrimonio forzado; pero no todas lo logran.
La ablación genital tiene su origen ancestral en una serie de factores socioculturales y económicos que justifican que la educación sea el motor de cambio. Ayuda en Acción, consciente de que la educación es la herramienta más poderosa para combatir la pobreza y poder optar a mejores oportunidades, ha centrado su trabajo contra la MGF en favorecer el acceso a la educación de las menores y en impulsar campañas de sensibilización a través de Clubes Anti Ablación. Estos clubes están formados por estudiantes y educadores que se encargan de promover un cambio positivo en la mentalidad de los miembros de la comunidad, explicando las graves consecuencias de la mutilación y la importancia de la educación para las niñas. Dinamizan las campañas gritando “No a la ablación” mediante cánticos, obras de teatro y poemas que ellos mismos escriben. Más de 20.000 niñas al año son informadas en las escuelas de los peligros de la MGF y son formadas para decir no a la ablación y sí a la educación. Estas campañas son fundamentales para la erradicación de la MGF puesto que normalmente las autoridades de estas zonas, especialmente en Abakuria, no realizan ninguna acción preventiva contra esta terrible costumbre. Los Clubs están custodiados por una matrona y un profesor. Estos se encargan de la activa participación del club, realizan talleres de sexualidad, higiene personal, entre otros y abogan por la seguridad de las chicas participando de manera constante en las campañas contra la MGF. Cabe destacar a su vez que cada club recibe una beca anual que les permite invertir en algo que favorezca al desarrollo de toda la escuela. Las actividades que por lo general suelen desarrollar los clubs son la compra de ganado y cría de este, reformas de algunas infraestructuras como suelen ser los techos de las aulas y el apoyo con material escolar, compra de uniformes y/o pago de algunas tasas a aquellos alumnos y alumnas más vulnerables. Cada chica es identificada con un Kit Anti Ablaciónformado por un par de calcetines, un lesso (pareo que en Kenia suelen utilizar las mujeres y que suele dar respuesta a muchos usos como pareo, porteo, cubrirse la cabeza, llevar/transportar cualquier cosa…) camiseta y zapatillas. Cabe destacar que cada año el lema de la campaña es diferente. Dicho lema queda impreso en los lessos y camisetas y siempre con un mensaje abogando por los derechos de la infancia y fomentando el abandono de la Mutilación Genital Femenina.
Con el fin de atender a las niñas que consiguen escapar, Ayuda en Acción ha habilitado una Casa de Acogida donde protege a las menores que escapan de la mutilación y que fueron repudiadas por sus familias, donde se les facilita acceso a la educación. Este lugar supone una nueva oportunidad para las niñas, donde recuperan su infancia y el ejercicio de todos sus derechos, conviviendo en un ambiente familiar donde estarán acompañados hasta la edad adulta. La Casa acoge también a otros niños y niñas que han sido abandonados por sus familias, como Kamune, que con 12 años nunca había ido a la escuela. Sus vecinos la rescataron de entre las
llamas de su casa, en la que había caído desmayada por el hambre y la debilidad. Su madre la abandonó junto con otros cuatro hijos menores de 3 años, a los que Kamune se encargaba de cuidar y alimentar renunciando ella misma a la comida.
En la Casa de Acogida viven dos trabajadores, una coordinadora y dos matronas, que se encargan de implementar la campaña contra la MGF de manera integral a lo largo de todo el año, además de realizar labores de servicios sociales en la comunidad, dando asesoría legal, laboral y familiar. Desde la Casa de Acogida se cubren las necesidades básicas de los niños y niñas, incluyendo la atención sanitaria que será proporcionada por el dispensario que se localiza a 100 metros. En la Casa también viven dos niñas con VIH que reciben su tratamiento diario y revisiones periódicas. A largo plazo, se pretende que los organismos oficiales competentes se hagan cargo del hogar y para ello se están gestionado reuniones con el “Protector del Menor” (Children Officer), el organismo que identifica los niños y niñas con mayor riesgo de vulnerabilidad.
Con el objetivo de contribuir a la mejora de la calidad de vida de las mujeres, Ayuda en Acción apoya además a las mujeres más mayores ofreciéndoles microcréditos para que puedan desarrollar una actividad económica que contribuya al bienestar familiar. Gracias a estos microcréditos emprenden actividades como la cestería o la compra-venta de cabras o pollos, que les genera mayor seguridad y confianza en sí mismas. Esta independencia, que nunca antes habían tenido, hace que se sientan importantes dentro de la comunidad y repercute positivamente en sus hijas, que ya no tienen que abandonar su educación para ayudar en el hogar.
Además, son mujeres activistas y comprometidas con la MGF, apoyan las campañas educativas y contribuyen a combatir esta terrible práctica difundiendo el mensaje contra la ablación. Estos grupos de mujeres son un pilar fundamental en el trabajo de Ayuda en Acción puesto que la práctica de la mutilación genital femenina parte de los propios hogares familiares.