“Hambre de cine” no es sólo un repaso por aquellos argumentos cinematográficos en los que algún personaje no tiene qué llevarse a la boca. Este libro es una fotografía a vista de pájaro de lo que ha supuesto el siglo XX, una centuria que nos ha dejado muestras de lo mejor y lo peor que el ser humano puede dar de sí mismo. Una época de la Historia tan cruel, injusta y despiadada como cualquier otra, pero en la que el conocimiento de la miseria y del sufrimiento ajeno ha hecho más dramática si cabe su condición: nunca como antes la enseñanza fue tan asequible, nunca como antes la riqueza fue tan exuberante, nunca como antes los medios para erradicar la pobreza estuvieron tan a mano. Y, sin embargo, nunca como antes la distancia que separa a ricos y pobres fue tan palpable y, a la vez, tan despreciada.
El estudio de la Historia nos enseña que saber de dónde venimos es fundamental para conocer dónde estamos y adónde llegaremos. Por eso, dar un par de pasos atrás nos ofrece la perspectiva necesaria para poder enfocar el objetivo de la cámara que nos relata, permitiendo conocer el paisaje que dé sentido a las circunstancias del individuo. El hambre es un factor ligado indisolublemente a los perdedores, a los que quedan atrapados del recuerdo y pierden por ello la voz. Por ello su hambre no es sólo estomacal, y la justicia pasa a ser el más necesario de los alimentos…. servido sobre el plato de la memoria.