José Luis Borau es un personaje en permanente búsqueda de autor. Cuando ya creemos conocerle, aparece con un nuevo rostro que nos desconcierta. Y su obra es tan uniforme como él mismo. Películas como Furtivos (1975), La Sabina (1979), Río abajo (1984), Tata mía (1986), Niño nadie (1997) o Leo (2000) tienen un estilo realista y al mismo tiempo cierto aire de fábula. Todas ellas le dan nuevas localizaciones a las palabras, a los personajes, a los objetos… Todas ellas alteran las perspectivas de costumbre. Todas ellas tienen una intención clara: la de destapar la estructura mítica e irreal de las narraciones cinematográficas, le idea de que las limitaciones de un encuadre cinematográfico son idénticas a las limitaciones de una historia.
Según el propio cineasta aragonés, “muchas de mis películas son una contradicción, porque fueron realizadas en condiciones de absoluta miseria. En las bondades que muestro siempre hay perversidad y en la perversidad siempre hay un poco de bondad… Gracias a Dios, el cine funda su propia nación, su propia realidad, que no son una nación y una realidad diferentes de las que existen, sino complementarias; así pues, hay dos naciones y dos realidades en todo”.
Para definir a Losé Luis Borau, este libro no sólo incluye textos escritos por él mismo y un DVD con un cortometraje suyo, En el río (1961), sino que además cuenta con una impresionante plantilla de colaboradores: Ángeles González-Sinde, Román Gubern, Esteve Riambau, Jaime de Armiñán, Icíar Bollaín, Ángel Quintana, Susanna Farré, Nuria Vidal, Elisabet Cabeza, Carlos Tejeda, Antonio Castro, José M. López, Pablo Pérez Rubio, Nacho Cagiga, Antón Castro, Hilario J. Rodríguez, José Luis Egea, Carlos Aguilar, Israel Paredes Badía, Miguel Marías, José David Cáceres, Isabel Escudero, José María Latorre, Juan Hernández Les, Alicia Albares, Vicente Molina Foix, Esteban Hernández, Ángel Fernández-Santos, Magdalena Navarro, María José Ferris, José Luis Sánchez Noriega, Celina López Seco, Miguel Ángel Lomillos, Manuel Yánez Murillo, Ramón Monedero y Fernando Méndez-Leite.