V.O 313. Los 80s

Echar la vista atrás para visitar el cine que se hacía hace ya cuarenta años no solo permite apreciar qué preocupaba o qué interesaba al mundo en aquellos días, cómo se relacionaban las personas, qué ropas vestían o cómo lucían las ciudades y los enclaves rurales que le sirvieron de escenarios, sino que, dada la lejanía no excesiva de la retrospectiva, también suscita recuerdos, nostalgia y quizás algún que otro sonrojo en quienes vivieron esa época y se mantienen dando guerra todavía. Puede que sea la melancolía generada por esta revisión del pasado la que nos lleva a rememorar en este editorial varias de las revistas cinematográficas que circulaban en los años ochenta del siglo pasado y que, en mayor o menor medida, bien palpable bien subliminalmente, fueron germen o influjo de la que alberga estas líneas.

 Así, cuando se inició el año 1980 Fotogramas acababa de cumplir nada menos que treinta y tres años, encontrándose actualmente camino de su septuagésimo quinto aniversario. La revista de cine más longeva de cuantas se publican en España fue fundada por Antonio Nadal-Rodó y María Fernanda Gañán en el mes de noviembre de 1946, tenía entonces una periodicidad quinquenal y vendía cada uno de sus ejemplares por un precio de cinco pesetas. Por tanto, ha sido largo el camino recorrido y muchas las firmas que han llenado sus páginas con temas de actualidad cinematográfica, críticas, entrevistas, noticias, pasatiempos y secciones más o menos frívolas, hasta alcanzar su actual formato mensual y su precio en otra moneda. La década de los 80 pilló a Dirigido Por… en plena infancia. Creada en 1972 por Edmond Orts, es hoy en día la más veterana de las publicaciones especializadas en temática cinematográfica. Como consecuencia lógica del transcurso de los muchos años que la llevamos disfrutando, su propósito inicial de que cada uno de sus números fuera un monográfico sobre un director de cine ha ido evolucionando hacia un contenido más general, pero sin perder nunca su capacidad didáctica ni su vocación analítica, y siempre con el buen gusto de alternar cine clásico y moderno, hasta el punto de combinar en sus hojas ilustraciones en color y en blanco y negro. Imágenes de Actualidad sí se cuenta entre las revistas que nacieron en la década en la que hemos decidido centrar nuestra atención, ya que fue el tercer viernes del mes de abril de 1985 cuando apareció por primera vez en los mostradores y bajo los toldos de los quioscos. Por desgracia, es una de las revistas que nos han dejado, pues desde hace poco más de un año no podemos tener en nuestras manos esta publicación que surgió para abordar temas tan variados y estimulantes como el cine, la televisión, la música, el teatro, el arte, el vídeo, los libros y los cómics, para luego ir haciendo zum en su contenido y acercarlo cada vez más al ámbito de las producciones audiovisuales. Este viaje en el tiempo finaliza con dos publicaciones cinematográficas, una surgida al inicio de los ochenta y la otra cuando la década tocaba ya a su fin. Enero de 1981 fue el mes elegido por Papeles de Cine Casablanca para ofrecer los trabajos de nombres que, lejos de haber caído en el olvido durante estos años, siguen siendo valorados en la actualidad. En ella escribieron Carlos Boyero, Juan Cueto, José Luis Guarner, Miguel Marías, Manolo Marinero y Fernando Savater; en sus páginas se leyeron entrevistas a actrices y realizadores relevantes –Ángela Molina o François Truffaut son ejemplo de ello-; en sus párrafos se expusieron reportajes sobre películas que ahora son clásicos incuestionables, como Las Puertas del Cielo de Michael Cimino y El crack de José Luis Garci; y en sus líneas se vislumbraba un ánimo de independencia y unos fines muy claros: disfrutar del cine de actualidad sin olvidar la tradición cinéfila, plasmar la fascinación provocada por las películas, reivindicar el placer de pasar horas ante una pantalla y atraer a todo el público que fuera posible empleando un estilo y un lenguaje amenos, alejados del denso tono característico de los textos doctrinales. Y octubre de 1989 fue el momento en el que Nosferatu vio la luz sin quemarse, probablemente por hacerlo bajo el cielo no excesivamente radiante de San Sebastián. Su pretensión inicial fue convertirse en una revista monográfica que completara la programación cinematográfica que organizaba Donostia Kultura en el Teatro Principal, comenzando con tres números anuales, que iban en paralelo a los ciclos de este Patronato Municipal de Cultura, y terminado por ofrecer estimulantes estudios sobre el expresionismo alemán, sobre etapas del cine de grandes figuras, como la de Alfred Hitchcock, y sobre cinematografías, como la coreana, entonces emergentes y actualmente consolidadas, hasta su desaparición como revista en junio de 2007 para pasar a ser en una colección de libros de ensayos colectivos sobre el cine.  

Heredera, continuadora o tributaria de todas estas grandes revistas es lo que trata de ser nuestra Versión Original, que inició su andadura en el año 1993 y que, con el respeto a sus predecesoras, pero intentando conseguir una orientación diferente, mantiene su firme intención de alcanzar su trigésimo aniversario el próximo año y, por tanto, de cumplir tres décadas a lo largo de las que ha ido abarcando toda la historia del cine con la excusa de tratar en cada uno de sus ejemplares la visión que las películas han venido ofreciendo de un tema concreto, de una época específica o de una determinada ciudad, convirtiéndose así, probablemente sin pretenderlo, en una valiosa enciclopedia cinematográfica de nuestro tiempo.

Esperamos que este, que es su número 313, logre trasladarles a aquellos días en los que temas tan trascendentes como las tensiones entre Occidente y el Bloque del Este, el sida y la aparición de los primeros ordenadores personales convivieron con looks de colores intensos, aderezados con enormes bisuterías y coronados con cardados imposibles, con el auge de los reproductores de vídeo y con el sonido de sintetizadores en muchas de sus canciones. Que disfruten con y de la lectura.