V.O 320. Volver a empezar

El monográfico que os presentamos es una prueba más de que el cine ha tocado todos los temas esenciales del dolorido sentir humano, pues tiene por objeto la ilusionante y a la vez complicada determinación de comenzar de nuevo tras la pérdida de un ser cercano, de una relación sentimental, de una situación laboral, de una ilusión o de una realidad apreciada. Nuestro deseo de presentaros un trabajo basado en la recomendación de películas bajo el epígrafe “Volver a empezar” coincide, no casualmente, con el 40 aniversario del estreno de Volver a empezar de José Luis Garci, la primera película de habla hispana premiada con un Oscar. La cinta, cuya premier tuvo lugar en el cine Arango de Gijón el 11 de marzo de 1982, es un relato sosegado y conmovedor, una historia de amor entre un hombre y una mujer que empiezan de cero una nueva vida, pero también trata de la añoranza de la amistad y del apego al lugar de nacimiento que tantos tuvieron que abandonar sin quererlo; en definitiva, un homenaje a aquella generación interrumpida que vivió en su juventud el estallido de la Guerra Civil y, ya en el crepúsculo de sus días, el comienzo de una nueva etapa democrática.

José Luis Garci (Madrid, 1944) se alejó de aquellas miradas oscuras de películas anteriores, como Asignatura pendiente (1977), Solos en la madrugada (1978) o su aclamadísima El crack (1981), y se adentró en una película personal pensada para todos los públicos. Su victoria en la ceremonia de los Oscar de 1983 abrió las puertas de nuestro cine a la mirada internacional e hizo que por fin el foco de la Academia se fijara en una nueva generación de cineastas españoles, entre ellos, Fernando Trueba, Alejandro Amenábar y Pedro Almodóvar, quienes son los otros tres de nuestros directores que años después también lograron la deseada estatuilla de oro.

La película iba a titularse Begin the Beguine, como la canción de Cole Porter, que significa algo así como «Volver a beguine», siendo beguine un baile popular en los años treinta, originario de Guadalupe y Martinica, parecido a una rumba lenta. Al parecer, hubo algún problema con los herederos de Cole Porter y la película no podía titularse así. A Garci le sonaba bien la expresión «To Begin Again», que se aproxima un poco al título de Porter, y que finalmente dio el título en español: Volver a empezar. La película nace de una idea del crítico de cine Alfonso Sánchez Martínez, amigo personal de Garci, y de experiencias personales del director. Alfonso Sánchez no llegó a ver el resultado de su idea, ya que, como el propio Garci comentó en una conferencia reciente sobre el filme, salió para rodar en Asturias al día siguiente del entierro de su amigo, que murió el 8 de septiembre de 1981. Garci también recordó que su padre y el poeta Antonio Albajara se subieron a un barco en el Musel de Gijón el 21 de octubre de 1937, día en el que las fuerzas nacionales entraron en la ciudad. Una vez en el barco, el padre de Garci le dijo a Antonio que se volvieran a Gijón, pero este no quiso. Su padre se tiró al mar y regresó a nado. No tuvo suerte Antonio Albajara, que murió más tarde, al parecer recluido como tantos otros españoles en un campo de concentración en Francia, donde enfermó y murió.

La historia transcurre en 1981, el mismo año en que fue grabada. Antonio Manuel Albajara, un español exiliado, profesor de literatura de la Universidad de Berkeley, recibe el premio Nobel de Literatura. Después de recoger el premio en Estocolmo decide regresar a Gijón, su ciudad natal. Poco tiempo antes de la entrega del premio Nobel, Albajara ha recibido la noticia de que le quedan seis meses de vida y quiere volver, recobrar su mundo perdido, su pasado, sus gentes, el mar, a sus amigos queridos, particularmente, a el Roxiu, con quien compartió banquillo en el Sporting de Gijón y, por encima de todo, a su antiguo amor, Elena, de quien la Guerra Civil le separó irremediablemente.

El escritor protagonista de la película fue encarnado por Antonio Ferrandis, a quien eligió Garci por su interpretación del popular personaje “Chanquete” en la exitosa serie de televisión de Antonio Mercero, Verano azul, que se emitió en España por primera vez entre el l1 de octubre de 1981 y el 14 de febrero de 1982, es decir, coincidiendo con el rodaje de Volver a empezar en Asturias. La actriz Encarna Paso es Elena, la novia de la juventud. El personaje de Elena también está inspirado en una persona real, la tía de José Luis Garci. El guion contemplaba que Elena tenía su trabajo en una floristería, aunque en la película se decidió sobre la marcha que fuera en una galería de arte, lo que dio ocasión a que un cuadro de Nicanor Piñole, Temporal en el muelle (1945), se convirtiera probablemente en el cuadro de un pintor asturiano más visto del mundo. El encuentro y el reconocimiento de los dos amantes se producen efectivamente en la sala de arte Tioda, que está ubicada en la esquina de la calle Instituto con Anghera, frente al cuadro de Nicanor Piñole. El actor José Bódalo encarna al amigo de juventud, compañero del Sporting, en una magistral interpretación del Roxiu. Bódalo y Ferrandis protagonizan el momento culminante de la película en una de las grandes escenas del cine español de todos los tiempos, cuando los vemos conversar en el salón de la casa del Roxiu, en un escenario que fue creado en Madrid por el genial Gil Parrondo. Allí Albajara le revela las razones por las que ha vuelto a Asturias y le explica que le quedan pocos meses de vida. Para conseguir una emoción mayor en la actuación, Bódalo solicitó a Garci que le pusiera bajito el Canon de Johann Pachelbel, una de las tres melodías que se utilizan en la película. Garci ha señalado que entre los dos actores existía una profunda amistad y una larga trayectoria de trabajo compartido, lo que hizo posible la impresionante veracidad de la escena. Junto a este pasaje, también cabe destacar el viaje que le propone Elena en su Renault 5 por lugares entrañables de Asturias llenos de viejos recuerdos: van a visitar su casa natal, Pravia, Muros, Cudillero, el Lago Enol, Covadonga, Cangas de Onís…, un itinerario sentimental que desde entonces constituye un momento casi ritual en la historia de todas las parejas que comienzan o que vuelven a empezar. Finalmente, Antonio Albajara regresa a Berkeley y aparece en la escena final impartiendo clases, mientras sus alumnos le miran embelesados cuando habla de los versos de las Coplas a la muerte de su padre del poeta Jorge Manrique.

Se dice que la película recibió malas críticas y que fue un fracaso hasta que alcanzó el Oscar, pero no es totalmente cierto. Hubo críticas muy buenas y elogiosas, y, aunque no dio mucho dinero al principio, fue bien recibida por el público. En Asturias el éxito fue total. Según el ABC del 28 de marzo del 1982, el día antes del estreno en Madrid, en Asturias estaba batiendo «el récord de taquilla de la historia cinematográfica de aquella región» y, según la misma noticia, también en Barcelona había «recibido las mejores críticas». El 30 de marzo de 1982, en la sección de Cultura de El País, se decía que la película tiene desde su estreno un «éxito apabullante». No obstante, el estreno en el Cine Coliseum de Madrid, el 29 de marzo, fue un fracaso de taquilla, obligando a la productora Nikel-Odeon a cerrar temporalmente. En todo caso, con el Oscar se catapultó al éxito. Sólo en la primera semana del reestreno consiguió recaudar 20 millones de pesetas y en total la película fue vista por más de ochocientos mil espectadores. Recibió el Premio Especial de Calidad del Ministerio de Cultura y fue elegida como Mejor Película de 1982 por Revista de Cine (programa de televisión española). José Luis Garci recibió el Premio Luis Buñuel y el de la Sociedad General de Autores de España de 1983. Encarna Paso fue galardonada por el Círculo de Escritores Cinematográficos en la categoría de mejor actriz y Manuel Rojas en la de mejor fotografía. Antonio Ferrandis recibió el Premio Long-Play de 1982 al mejor actor. El Premio Ecuménico en el Festival de Montreal fue el que hizo que la película fuera elegida como candidata española para los premios de Hollywood, al ser el único de los filmes de nuestro país que había recibido algún premio internacional ese año. Las otras candidatas españolas para ser presentadas al Oscar de aquel año eran Demonios en el jardín, de Manuel Gutiérrez Aragón, y La colmena, de Mario Camus. Garci siempre ha dicho que su película fue elegida para representar a España por pura casualidad, ya que en su opinión no era la mejor de las candidatas. Al parecer, los partidarios de La colmena, por no votar a Demonios en el jardín, votaron a Volver a empezar, y al revés. Finalmente, el día 11 de abril de 1983, en la 55 edición de los Premios de la Academia de Hollywood, celebrada en el Dorothy Chandler Pavilion de Los Ángeles, Volver a empezar recibió el Oscar a la Mejor Película en Lengua no inglesa. Los encargados de dar a conocer el ganador en esta categoría fueron la actriz Luise Rainer y Jack Valenti, presidente de la Motion Picture Association of America. Entre las candidatas al premio estaban la película nicaragüense Alsino y el cóndor, del chileno Miguel Littín Cucumides, la francesa 1280 almas, de Bertrand Tavernier, la sueca El vuelo del águila, de Jan Troell, y la soviética Chastnaya zhin (La vida privada), de Yuli Raizman. Los que ya tenemos una edad no podemos olvidar a Luise Rainer cuando pronunció finalmente el título de la ganadora: «¡Volvé a empesarr!». 

Sirva este estudio como reconocimiento a la labor de difusión de José Luis Garci a través de sus películas, de su productora, de sus publicaciones y de Qué grande es el cine, su programa de televisión, que fue una cita ineludible para los amantes del séptimo arte y que se emitía los lunes, a las 22.30 horas, en la segunda cadena de Radio Televisión Española, luego La 2. Así ocurrió entre 1995 y 2005, el ganador del Oscar por Volver a empezar anunciaba qué película de cine clásico iban a ver los espectadores, citaba el año de su estreno y, a renglón seguido, explicaba qué cosas habían pasado por aquel entonces. Garci y sus amigos cinéfilos hablaban unos minutos, casi a modo de titular, sobre la película. Y, después de verla, debatían largo y tendido sobre ella. El programa era algo así como un cinefórum nada pretencioso desde el punto de vista de la realización, pero exquisito desde el punto de vista cultural. Una maravilla para toda una generación, que recientemente, bajo el nombre de Classics, ha tenido la feliz idea de recuperar el canal TRECE en las noches de los viernes. Que disfruten con y de la lectura.

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