V.O 343 ADAPTACIONES
Uno de los lugares comunes a los que acudimos cuando se trata de presentar la reedición de un libro es la conocida cita de Juan Ramón Jiménez: “en edición diferente los libros dicen cosa distinta”, que podríamos alterar con humor, y así deslizar que, en ocasiones, las diferentes presentaciones de un libro son siempre iguales.
Y si las palabras del poeta parecen ciertas, sobre todo desde que leemos en digital, creo que sería aún más pertinente recordar otra obviedad: los libros, leídos por distintas personas, resultan completamente diferentes. Si desplazamos el foco de la autoría y lo movemos hacia el lector, la diversidad de interpretaciones, vivencias y matices se multiplica; ya no hablamos de una nueva edición, sino de una biblioteca infinita de libros con el mismo título, las mismas páginas, y un sentido completamente diverso, encontrado y personal. Esta es la razón por la que, de entre las actividades sociales relacionadas con la cultura, la lectura es la más frecuente y la que despierta mayor necesidad de contrastar y compartir lo leído, muy lejos de la imagen solitaria que como una caricatura parece describir a quien vive entre libros. La lectura es una conversación con los otros siempre.
Es posible que, de todas estas lecturas, aquella que con más intensidad proponga esa visión desde la experiencia personal sea la que, en un acto casi desesperado por participar lo vivido, se decida a contarlo punto por punto con otras herramientas, porque la adaptación no es sino una fórmula que libera nuestro aprendizaje de un libro singular. Luego vendrán las dificultades, lo posible y lo imposible, el talento, los recursos y el ánimo y el presupuesto, e incluso ese otro lugar común que prefiere el libro a la película, como si tuviéramos que elegir o los hubiesen puesto a competir. Nada oscurece la valentía de ofrecer, a los demás, algo de cómo entendemos la única realidad posible, la ficción.
De esas adaptaciones, en ocasiones fluidas y en otras casi imposibles, a veces cercanas y a veces alejadas hasta el infinito de la obra que las inspira, trata el número 343 (esta cifra es una brutalidad) de la revista Versión Original. No dejan de ser estas páginas un ejercicio de funambulismo intelectual: Versión Original entrega, desde sus orígenes, la lectura particular que de miles de películas han realizado innumerables colaboradores, interpretándolas como fractales que ensayan todas las formas posibles de iluminar un tema, un lugar, un tiempo, un personaje o cualquier otra circunstancia; alejándose del volumen impreso, la adaptación es, de modo paradójico, una fiesta de la literatura y, hoy, una celebración de la esencia misma de Versión Original. Por eso entre sus artículos aparecen las adaptaciones más o menos canónicas de esos libros que canónicamente llamamos clásicos, y que, al tratarse de un número singular de la revista, en colaboración con la Asociación de Escritores y Escritoras Extremeños (AEEX), voy a citar no por el título de la cinta, sino por el del libro: ahí están Salomé, A sangre fría, Jane Eyre, Las aventuras de Pinocho, Los miserables, El enebro, Mujercitas, Eugenie Grandet, El diablo en el cuerpo o Lejos del mundanal ruido. Junto a estas versiones, las de textos contemporáneos como Paraíso Travel, Alta fidelidad, La zona de interés, La trenza, El acontecimiento o La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey; algunas más cercanas a lo latino, como Cuál es tu tormento y El olvido que seremos. Los amantes de las películas icónicas disfrutarán de artículos sobre Solaris o Los subterráneos, del mismo modo que quien rebusque en olvidos imperdonables se reencontrará con Las gallinas de Cervantes, Me casé con un muerto, Un alto en el camino o Reconstrucción. No falta, a la espera de algún Nobel, la cuota japonesa, representada por El rumor de la montaña, Hombres sin mujeres y Audition, ni las novelas de acción y espías, como La toma del Pelham 1, 2, 3 o El topo, como los fieles a S. King tendrán El cuerpo y Doctor sueño. Por último, una sección atiende las adaptaciones de obras dramáticas como Divinas palabras, El chico de la última fila, Woyzeck, Deseo bajo los olmos… y la lectura cinematográfica de un último título vintage: Corrupción en Miami. Como acostumbra a decir Paco Rebollo, director de Versión Original, y con más razón sin duda: pasen y lean.
Luis Sáez Delgado
Socio de AEEX