VO 340
V.O 340 BILBAO
El cine es un arte que no solo retrata historias, sino que las enmarca en geografías concretas, dotándolas de una identidad visual y cultural única. En este sentido, Bilbao ha jugado un papel crucial en la cinematografía española y más allá de la misma, no solo como escenario, sino como un personaje vivo, cuya transformación a lo largo de los años y cuya idiosincrasia propia han influido profundamente en las narrativas que se han contado en sus calles, fábricas y paisajes industriales. Este monográfico es una invitación a recorrer la historia del cine rodado en Bilbao, desde los albores del siglo XX hasta nuestros días, a través de películas que reflejan el latido de la ciudad y sus cambios socioculturales.
A lo largo de los años, Bilbao ha sido testigo de una evolución cinematográfica que, en muchos casos, ha ido de la mano con la propia transformación de la ciudad. Desde la película de 1913 La inauguración del campo de San Mamés, con la imprescindible colaboración de Carlos Ranedo, hasta producciones recientes como Una vida tan simple (Félix Viscarret, 2023), con la visión de nuestro colaborador Bernardo Duarte, el cine ha sido capaz de mostrar tanto la vida cotidiana como las pasiones, tensiones y conflictos de una sociedad en constante cambio en la capital vizcaína. La evolución de Bilbao, de un centro industrial a mediados del siglo XX a un icono cultural y arquitectónico en el siglo XXI, ha quedado plasmada en el cine, reflejando los contrastes entre su pasado y su presente.
Además de su impacto en la cinematografía española, Bilbao ha adquirido una proyección internacional gracias al cine. Películas como El mundo nunca es suficiente (Michael Apted, 1999), tratada en este monográfico por Blanca Rodríguez, o El destino de Júpiter (Lilly Wachowski, Lana Wachowski, 2015), tratada por Paula López, no solo han utilizado la ciudad como un vibrante escenario, sino que han contribuido a consolidar la imagen de Bilbao como un destino atractivo y cosmopolita a nivel global. Esta proyección internacional ha reforzado la reputación de la ciudad, convirtiéndola en un referente cultural.
En este número especial, hablamos sobre un total de veintiún títulos, además de los cuatro ya mencionados, y añadiendo, también, las indispensables colaboraciones de Borja Crespo, que nos trae un detallado análisis sobre su propia experiencia en el rodaje de Acción mutante(Alex de la Iglesia, 1993), Josu Eguren, que, a través de su conocimiento sobre los hermanos Ibarretxe, nos brinda una visión sobre el cine más experimental y disruptivo que ha tenido a Bilbao como epicentro y Lander Otaola, que nos habla de su propia experiencia en los múltiples rodajes en la ciudad en los que ha participado como actor desde 2008.
El viaje a través de estas páginas no solo es un homenaje a los cineastas que han encontrado en Bilbao una fuente inagotable de inspiración, sino también a una ciudad que ha sabido adaptarse y reinventarse, transformándose desde la urbe industrial que fue a mediados del siglo XX hasta convertirse en el referente cultural y arquitectónico que es hoy. Y es que, el cine rodado en Bilbao no solo ha reflejado la historia y el espíritu de la ciudad, sino que ha aportado a la cinematografía española algunas de sus piezas más importantes.
De todo ello, nos iremos dando cuenta a través de los textos de Francisco Collado sobre El gran Galeoto (Rafael Gil, 1951), Pepe Alfaro sobre Rapsodia de sangre (Antonio Isasi-Isasmendi, 1957), Valeriano Durán Manso sobre María, matrícula de Bilbao (Ladislao Vajda, 1960), Pedro Triguero-Lizana sobre Ocharcoaga (Jorge Grau, 1961), Francisco Mateos Roco sobre La casa sin fronteras (Pedro Olea, 1972), Manuel Pozo sobre No es bueno que el hombre esté solo (Pedro Olea, 1973), Raquel Abad sobre El pico 2 (Eloy de la Iglesia, 1984), Pedro García Cueto sobre Bandera negra (Pedro Olea, 1986), Juan Luis Montoussé sobre Todo por la pasta (Enrique Urbizu, 1991), José Manuel Rodríguez Pizarro sobre Salto al vacío (Daniel Calparsoro, 1995), Pablo Pérez Rubio sobre Athletic, un siglo de pasión (Pedro Olea, 1998), Adolfo Monje sobre Noviembre (Achero Mañas, 2003), Laura Bueno sobre Sketches of Frank Gehry (Sidney Pollack, 2005), Ángeles Pérez Matas sobre La máquina de pintar nubes (Patxo Tellería y Aitor Mazo, 2009), Guillermo Herráez Cubino sobre Pagafantas (Borja Cobeaga, 2009), Sofía Otero-Escudero sobre Un otoño sin Berlín (Lara Izagirre, 2015), Javi Aurre sobre Gernika (Koldo Serra, 2016), Rodrigo Arizaga sobre Errementari (El herrero y el diablo) (Paul Urkijo Alijo, 2017), Jorge Capote sobre El hoyo (Galder Gaztelu-Urrutia, 2019), Laura Pacheco-Jiménez sobre Akelarre (Pablo Agüero, 2020) y Roberto Penas sobre Cinco lobitos (Alauda Ruiz de Azúa, 2022).
No cabe duda de que, en un futuro, Bilbao seguirá siendo un foco de inspiración para cineastas, con su capacidad para combinar modernidad y tradición en un escenario urbano único. La incorporación de nuevas tecnologías y la exploración de nuevas tendencias cinematográficas solo pueden enriquecer las futuras representaciones de la ciudad en la pantalla.
A través de la lectura, veremos que este monográfico no es solo una recopilación de títulos, sino una celebración de la simbiosis entre Bilbao y el séptimo arte, un testamento del poder del cine para capturar no solo los lugares más típicos de la ciudad, sino emociones, tiempos y transformaciones sociales. Que este recorrido nos recuerde que, detrás de cada película, hay una ciudad viva, vibrante y llena de historias por contar.